Los médicos diagnostican la causa de la anemia o el bajo recuento de hemoglobina a través de varios métodos: revisar las historias clínicas, un examen físico y el uso de los resultados de las pruebas, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. La anemia a menudo no causa síntomas importantes, por lo que la afección se diagnostica durante los controles o pruebas de otras afecciones o enfermedades.
Los médicos revisan el historial médico tanto del paciente como de la familia cuando investigan la anemia para confirmar los síntomas. De acuerdo con el NHLBI, también tienen en cuenta cualquier enfermedad reciente que pueda haber conducido a la enfermedad y los antecedentes familiares que pueden hacer que el paciente sea propenso. Un examen físico le brinda al médico la oportunidad de buscar posibles causas a través de exámenes de las funciones del corazón y los pulmones, y realizar una investigación de cualquier posible fuente de pérdida de sangre. Los análisis de sangre permiten un diagnóstico más específico del tipo de anemia que sufre un paciente, y los exámenes revelan la gravedad de la afección.
La prueba primaria para diagnosticar la anemia es un hemograma completo, informa el NHLBI. Esta prueba revisa los niveles de hemoglobina, una proteína rica en hierro en la sangre responsable de transportar oxígeno. La prueba también mide la cantidad de espacio que los glóbulos rojos toman en la sangre. Los recuentos bajos en ambos son un signo de anemia.