La eliminación adecuada del amoníaco implica diluir la solución con agua y tirar la solución por un desagüe. La eliminación inadecuada de este producto químico causa daños ecológicos, así como efectos negativos para la salud en los seres humanos que respiran sus vapores. Necesita comenzar con un área de drenaje segura y dos contenedores.
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Calcule el volumen de dilución del recipiente
Mida la cantidad de amoníaco que tiene en galones u onzas. Esta cantidad debe ser igual a no más del 10 por ciento del agua utilizada para diluirla. Diez galones de amoniaco requieren 100 galones de agua para diluir. El primer recipiente debe ser lo suficientemente grande como para contener la cantidad calculada de agua y el amoníaco agregado. El segundo recipiente solo necesita ser lo suficientemente grande para contener el amoníaco.
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Llene los recipientes
Con una herramienta de medición, vierta el agua en el primer recipiente. Transfiera el amoníaco al segundo recipiente. Mida ambos recipientes para asegurarse de que el amoníaco equivale al 10 por ciento del agua.
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Combine los contenedores
Agregue lentamente el contenido del segundo contenedor al primer contenedor. Nunca vierta amoníaco en el agua rápidamente, ya que causa una reacción química violenta.
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Drene el agua de amoníaco
Una vez que la solución esté diluida, enjuague el agua de amoniaco en un sistema de drenaje o suelo seguro. Nunca deseche la solución en cuerpos de aguas superficiales como zanjas, alcantarillas sanitarias, drenajes pluviales, estanques, lagos, arroyos o humedales.