A lo largo de los años, la tinta del tatuaje se desvanece y los diseños más complejos pueden volverse borrosos. El aumento o pérdida de peso importante también puede afectar la apariencia de un tatuaje. Según el tatuador Chris DeBarge de Stingray Body Art, los tatuajes muy pequeños son propensos a difuminarse y volverse ilegibles. Las personas mayores tienen más probabilidades de ver cambios en sus tatuajes.
La tinta del tatuaje se almacena dentro de las células de la piel llamadas fibroblastos, según New Scientist. Con el tiempo, estas células se separan, causando que el tatuaje se difumine alrededor de los bordes. Finalmente, los fibroblastos mueren y se eliminan del cuerpo, lo que hace que los colores del tatuaje se desvanezcan. En las personas mayores que tienen una piel más delicada, este proceso ocurre más rápidamente. La exposición al sol acelera el proceso y hace que los tatuajes se conviertan en manchas o descoloridos. De vez en cuando, una enfermedad de la piel como el eccema puede dañar un tatuaje, pero esto rara vez ocurre con erupciones o irritaciones leves.
Mantenerse alejado del sol es una de las mejores maneras de conservar los tatuajes. También es posible que los tatuajes se recoloren después de que empiecen a desvanecerse, pero esto solo se puede hacer una o dos veces antes de que la piel de esa zona se vuelva demasiado quebradiza y dañada para contener más tinta.