El ambiente afecta el comportamiento humano de innumerables formas, lo que incluye fomentar o desalentar la interacción social, las actividades académicas y las conductas de riesgo. El entorno en el que crecen los niños puede afectar a todas sus personalidades.
Una de las formas más obvias en que el ambiente afecta el comportamiento humano es creando una sensación de seguridad o inseguridad. Los seres humanos que viven en entornos donde se sienten seguros tienen más probabilidades de crear, aprender y ser productivos, mientras que los seres humanos que viven en entornos inseguros probablemente utilizarán la mayor parte de su energía para sobrevivir y protegerse.
El medio ambiente también puede afectar la cantidad de estrés o incomodidad que sienten las personas. Los estudios en hospitales han demostrado que tan solo cinco minutos de exposición a la naturaleza todos los días pueden reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Esto puede ser tan simple como mirar por la ventana en un entorno natural.
Los estudios también muestran que los entornos económicos y sociales influyen fuertemente en las personas, especialmente en los niños. Es probable que las familias que se adhieren a roles rígidos de género tengan hijos que sigan esas reglas. Las circunstancias económicas y el estímulo académico también son importantes. Los niños que crecen en hogares pobres y sin mucho apoyo de los padres para sus estudios generalmente tienen un bajo rendimiento en la escuela en comparación con sus compañeros más adinerados y con apoyo, incluso si tienen aproximadamente la misma cantidad de inteligencia natural. También suelen tener un mayor número de trastornos del comportamiento.