Los biberones se pueden lavar en lejía. Si desea no hervir las botellas antes de esterilizarlas, lave la botella con agua tibia y jabón y luego empápela en una solución de cloro. La solución debe consistir en 4.5 litros de agua y una cucharada de lejía.
Otro método es remojar las botellas lavadas en la solución de cloro durante dos minutos. Enjuague la solución a través de los pezones. La mezcla debe ser dos cucharaditas de lejía por galón de agua. Deje secar los biberones y las tetillas. Es importante no agregar demasiado blanqueador a las soluciones porque esto podría dañar los biberones y dañar al bebé.