Los champús contienen surfactantes que disminuyen la tensión superficial del agua, que se adhiere al aceite y la suciedad en el cabello que se lava cuando se enjuaga. Los surfactantes también se encuentran en el detergente para ropa y en los geles de baño. Los surfactantes en el champú generalmente incluyen lauril sulfato de sodio o laureth sulfate de sodio y se combina con un co-surfactante, como la cocamidopropil betaína, que hace que el champú sea viscoso.
El cabello está naturalmente cubierto con una sustancia grasa llamada sebo que lo protege y también le da un brillo saludable. El sebo, sin embargo, también atrae la suciedad y la mugre. Una vez que la suciedad y la suciedad se acumulan en el cabello, se ve opaco y se siente pegajoso.
El agua sola no podrá eliminar el sebo, la suciedad y la mugre del cabello porque el sebo es hidrófilo, lo que significa que repele el agua. El champú afloja las moléculas de agua, lo que permite que se mezcle con las sustancias no deseadas en el cabello, lo que facilita su lavado.
Además de los surfactantes, el champú también contiene otros ingredientes, como agentes acondicionadores, protectores, fragancias y otros ingredientes funcionales. Como los surfactantes eliminan el sebo, los agentes acondicionadores reemplazan esta capa protectora natural. Algunas marcas de champú también contienen protectores que sirven para proteger el cabello de daños ambientales o daños debidos a un peinado constante. Los ingredientes funcionales son componentes de champú que ayudan a que el champú mantenga su viscosidad y aumente su eficacia.