A partir de 2015, estudios limitados indican que la semilla de canario, o alpiste, tiene propiedades antioxidantes similares a las ofrecidas por la vitamina C y tiene un alto contenido de proteínas, explica Pureza. La evidencia anecdótica sugiere que la semilla de canario es compatible con el funcionamiento del corazón, los vasos sanguíneos, el páncreas, los riñones y el hígado y ayuda a mantener el peso.
Una porción de media taza de semilla de canario contiene 831 miligramos de potasio, 236 miligramos de calcio, 431 miligramos de magnesio y 112 microgramos de ácido fólico, según Inkanatural. Se pretende que la semilla de canario previene el envejecimiento prematuro de la piel, reduce los niveles de glucosa en la sangre, reduce la inflamación del hígado, elimina el exceso de líquidos del cuerpo y previene la arterioscelosis. Otras afirmaciones sin fundamento incluyen que la semilla de canario combate las infecciones del tracto urinario, quema la grasa, reduce el colesterol y mejora el tono muscular. Debido a que contiene la enzima lipasa, se dice que la semilla de canario elimina los depósitos de grasa, por lo que es eficaz para combatir la obesidad. Pureza advierte que ningún estudio científico ha demostrado el efecto positivo de la semilla de canario en ninguna condición humana.
La semilla de canario destinada para el consumo humano difiere de la destinada para el consumo de aves, como lo explica Pureza. Las fibras afiladas que cubren las semillas canarias tradicionales se han relacionado con el cáncer de esófago cuando son ingeridas por humanos. Se ha desarrollado una variedad de semillas de canario que carece de estos pelos, lo que la hace segura para el consumo humano.