Los volcanes no están, en ningún sentido significativo de la palabra, vivos. Los volcanes son estructuras rocosas formadas por la expulsión de roca fundida a través de puntos débiles en la corteza terrestre, según la Universidad Estatal de Oregón. Aparte de algunos de los gases que expulsan, se basan principalmente en el silicio, no en el carbono.
La vida, como la entienden los humanos, está construida exclusivamente alrededor de átomos de carbono. Para estar vivo, según Learningscience.org, una entidad orgánica debe ser teóricamente capaz de reproducir descendientes que se parezcan a los padres más que a otros en la población. Incluso cuando un volcán maduro engendra un segundo volcán más joven, no se ha reproducido estrictamente por herencia.
