Los hostas, también llamados lirios de plátano, son venenosos para los perros. Los efectos tóxicos ocurren cuando un perro mastica o ingiere las hojas, raíces y flores del hosta.
Las hostas contienen saponina, un material que forma espuma cuando se combina con humedad en el tracto digestivo del perro. Esta espuma puede potencialmente paralizar el tracto digestivo y puede causar hinchazón o torsión del estómago o los intestinos. Es probable que un perro que ingiera hosta tenga dolor de estómago severo con eventual diarrea y vómitos. La ingestión de hosta rara vez es fatal, pero puede hacer que un perro se sienta incómodo y deprimido. La gravedad de los síntomas está directamente relacionada con el tamaño del perro y la cantidad de saponina ingerida.