Después del período de curación inicial, es común que los tatuajes comiencen a pelarse. Esto ocurre con mayor frecuencia entre 4 y 6 días después de que se completa el tatuaje.
Un nuevo tatuaje es muy parecido a una herida fresca, debido a los miles de pequeños agujeros que se perforan en la piel. Estos pequeños orificios permiten que la pistola de tatuajes deposite pequeñas cantidades de tinta justo debajo de la superficie, pero también producen algo de piel muerta. La exfoliación es una parte natural del proceso de curación, al igual que con las quemaduras solares.
También como una quemadura solar, no se debe quitar ni frotar un nuevo tatuaje para desalojar la piel o las costras. Los tatuadores profesionales recomiendan una loción humectante no medicada y sin perfume para evitar que la piel sana se seque y se descama. El concepto es similar a los labios secos o agrietados, que se pueden pelar si no se hidratan.
Al aplicar la loción, es mejor usar manos limpias y una botella especial. Durante el lavado, los tatuajes deben mantenerse fuera de cualquier rociado directo del cabezal de la ducha y secarse con movimientos suaves y suaves, nunca frotar. Si se cuida adecuadamente, un nuevo tatuaje demora hasta dos semanas en sanar. Los tiempos de curación más largos pueden ser necesarios para los tatuajes más grandes, los que se colocan en las articulaciones o los tatuajes en las partes del cuerpo que son difíciles de limpiar.