Aunque a Thomas Edison se le atribuye la invención de la bombilla, en realidad es el inventor de la primera bombilla producida comercialmente. Varios prototipos anteriores de la bombilla habían sido presentados antes de la invención de Edison, pero no demostraron ser lo suficientemente eficientes para garantizar la producción en masa.
En 1840, un inventor británico, Warren de la Rue, inventó una bombilla temprana que incorporaba platino, ya que el platino podía soportar altos grados de calor. Desafortunadamente, el platino es muy caro, lo que hace que la producción comercial de la bombilla sea poco práctica. Diez años más tarde, Joseph Wilson Swan, otro inventor británico, creó una bombilla con carbón. Debido a su corta vida útil y la falta de tecnología necesaria para alimentarlo, la bombilla de carbono tampoco se consideró lo suficientemente viable para la producción.