Se dice que el filósofo griego Thales es el primer observador de los efectos de la electricidad estática basado en los relatos de otro filósofo griego, Aristóteles. Aunque los historiadores afirman que no hay pruebas suficientes apoyando la afirmación de Aristóteles, demostró que los antiguos griegos ya tenían una comprensión básica de las propiedades eléctricas.
Alrededor del año 600 a. C., Thales of Melitus descubrió que una resina de árbol petrificada, conocida como ámbar, atraía trozos de paja seca después de ser frotada contra un trozo de piel de animal. El electrón, que es la partícula subatómica principal que produce electricidad, deriva su nombre de "elektron", que en griego significa "ámbar".
La electricidad estática se define como una carga eléctrica estacionaria debido a la cantidad desigual de protones y electrones en un material. Los objetos son generalmente neutros, lo que significa que contienen el mismo número de protones y electrones. Los electrones cargados negativamente neutralizan los protones cargados positivamente. Sin embargo, cuando los materiales secos se mueven rápidamente uno contra el otro, se produce fricción y algunos de los electrones de un material se transfieren al otro. El material con un número excesivo de electrones gana una carga positiva, mientras que el material con un déficit de electrones gana una carga positiva. La diferencia en las cargas produce una fuerza atractiva entre los dos materiales. Los ejemplos comunes que demuestran la electricidad estática incluyen relámpagos y experimentar una descarga eléctrica después de caminar sobre la alfombra y luego tocar un objeto metálico.