Los tsunamis pueden causar una tremenda destrucción de propiedades y la pérdida de vidas. Pueden destruir completamente los edificios y dejar las ciudades en un estado devastado. Los pequeños tsunamis no son destructivos y ocurren con frecuencia debido a terremotos menores; sin embargo, los grandes tsunamis alcanzan alturas increíbles y atacan salvajemente las costas.
La cantidad de agua y energía traída por un tsunami causa destrucción, especialmente cuando llega a áreas pobladas. Además de daños a la propiedad y muertes, los tsunamis causan enfermedades, daños ambientales y problemas psicológicos. Las áreas cercanas a la costa se inundan de agua de mar, y la infraestructura, como los suministros de agua dulce y las aguas residuales, están dañadas. Esto da lugar a la contaminación del agua que puede causar la propagación de enfermedades, como la malaria. Los tsunamis no solo destruyen vidas, también afectan los recursos naturales, animales, plantas y paisajes. Matan animales terrestres y marinos, arrancan árboles y dañan hábitats de animales. Los residuos se mezclan con sustancias tóxicas y materiales peligrosos, contaminando el suelo y el agua. Además, las víctimas de las catástrofes del tsunami a menudo sufren traumas y problemas psicológicos como consecuencia.
Una pequeña ola de tsunami normalmente alcanza solo 30 centímetros de altura, pero puede convertirse en una ola enorme que alcanza los 30 metros de altura cuando golpea la orilla. Los efectos de un tsunami se magnifican aún más cuando una laguna, un puerto o una bahía encausan las olas a medida que las olas avanzan hacia el interior. Los tsunamis pueden elevarse a más de 100 pies.