Los rinocerontes usan adaptaciones como la piel gruesa, los cuernos faciales y los cuerpos relativamente sin pelo para ayudar a sobrevivir en medio de los bosques y las sabanas en las que viven. La combinación de sus cuernos afilados y su inmenso volumen ayuda a proteger los mamíferos de los depredadores, mientras que su falta de vello corporal evita que los animales grandes se sobrecalienten en el calor tropical de su tierra natal.
Según el Departamento de Zoología de la Universidad de Michigan, cinco especies de rinocerontes habitan en el mundo. Tres especies habitan en Asia, mientras que las otras dos especies habitan en África subsahariana. Cada una de las especies ha evolucionado adaptaciones únicas que les permiten prosperar en sus hábitats específicos. Por ejemplo, las especies más pequeñas tienden a habitar los bosques, mientras que las especies más grandes, el rinoceronte indio del sur de la India y los rinocerontes blancos y negros de África, habitan en hábitats abiertos.
Las bocas de los rinocerontes se adaptan a los alimentos que comen. Por ejemplo, el rinoceronte blanco es una especie de pastoreo que agarra grandes cantidades de hierba con cada bocado, por lo que su boca es ancha. Por el contrario, los rinocerontes negros hojean ramitas y hojas, y comer tales alimentos requiere un enfoque más delicado. En consecuencia, los rinocerontes negros tienen una boca estrecha y con forma de pico que utilizan para recoger las porciones comestibles de las ramas de la planta.