La levadura muere completamente a 140 grados Fahrenheit, aunque el proceso de muerte comienza a unos 120 grados. Esta información es fundamental para las recetas de pan que requieren la activación de la levadura con agua caliente.
Si el agua está demasiado fría, es posible que la masa no suba. El agua extremadamente caliente mata la levadura o hace que la masa suba de manera inconsistente. Para asegurarse de que el agua se encuentre dentro del rango de temperatura ideal de 120 a 130 grados, consulte con un termómetro antes de agregar la levadura. La activación adecuada se indica mediante la aparición de pequeñas burbujas en la superficie de 5 a 6 minutos después de agregar la levadura al agua.