La altura que un saltamontes salta se ha calculado en 20 veces su longitud en un salto amplio o 10 veces su longitud en un salto alto. Si una persona pudiera saltar la misma proporción, podría despejar edificios con facilidad.
Los saltamontes usan sus patas traseras como una catapulta. Los músculos flexores dentro de sus patas traseras actúan como una banda elástica. Cuando el saltamontes dobla sus patas traseras, la tensión se acumula en este músculo y espera la liberación. La energía acumulada en esta articulación en forma de rodilla catapulta al saltamontes en el aire. Una vez en el aire, el saltamontes puede optar por volar a alturas aún mayores.