Los motivos biológicos son la fuerza impulsora detrás de los comportamientos orientados hacia el objetivo que resultan del estado fisiológico de un individuo. Algunos ejemplos de motivos biológicos son la respuesta individual al hambre, la sed, el cambio de temperatura o la necesidad de descansar. Los motivos biológicos generalmente se diferencian de aquellos que están influenciados por la sociedad, pero también pueden ser moldeados por el significado detrás del comportamiento resultante o por su contexto social y cultural.
Un motivo puede describirse como algo que impulsa a una persona a involucrarse o abstenerse de una conducta que se dirige hacia el logro de un objetivo específico. Además de ser impulsado por motivos biológicos, el comportamiento humano también puede ser el resultado de motivos sociológicos e intrínsecos o personales.
El estudio de los patrones de comportamiento humano y sus factores motivacionales a menudo se superponen a la aparición de una variedad de campos especializados de la psicología, como la neurociencia del comportamiento, la psicología cognitiva, la psicología evolutiva y la neurociencia afectiva.