La riqueza o la pobreza de las naciones depende principalmente de factores intrínsecos: geografía, clima y disponibilidad o falta de recursos. Tener una ubicación geográfica próxima a grandes centros de población prósperos desempeña un papel importante en el impulso de la economía nacional. Ciertos recursos naturales, como el suelo rico y fértil y la abundancia de agua, apoyan la agricultura y la agricultura, que es un ingreso lucrativo para muchos países.
Las naciones ricas en estos recursos naturales generalmente son mejores que sus pares menos dotados. A veces, como en muchos países de África central, el clima perjudica las economías de las naciones. Las condiciones cálidas y secas pueden dar lugar a la propagación de enfermedades, que es un factor primario que conduce a la pobreza perpetua. La falta de acceso a fuentes de agua limpias y abundantes también priva a los países de oportunidades económicas.