Los espasmos musculares son contracciones involuntarias repentinas de uno o más músculos y con frecuencia causan calambres. Algunos músculos son más propensos a los espasmos, incluidos los músculos de la pantorrilla y la región abdominal. Las causas incluyen deficiencia de vitaminas, deficiencia de magnesio o potasio y fatiga.
Las mujeres embarazadas que experimentan una deficiencia de calcio y las personas con mala circulación en los músculos tienen un alto riesgo de espasmos musculares. La deshidratación y el esfuerzo excesivo durante el ejercicio también pueden provocar espasmos musculares, ya que no se estira lo suficiente antes del ejercicio. Algunos medicamentos recetados pueden causar espasmos musculares como efecto secundario.
Mientras que los espasmos musculares generalmente duran solo unos segundos y no son graves, pueden ocurrir algunos efectos secundarios graves. Estos efectos secundarios incluyen tensiones y desgarros de los ligamentos y tendones cuando el espasmo produce más fuerza de lo que el tejido conectivo al que se dirige puede manejar.
El tratamiento de un espasmo muscular y los cólicos posteriores que causa, dependen de la ubicación. Para un espasmo en el músculo de la pantorrilla, comúnmente conocido como caballo de charley, estirar el músculo al ponerle peso y doblar la rodilla puede aliviar los calambres. Una ingesta adecuada de agua y vitaminas, una dieta rica en magnesio y potasio y un estiramiento regular de los músculos ayudan a prevenir los espasmos.