Las soluciones propuestas para el racismo son variadas y de naturaleza diversa, aunque la mayoría involucra educación y comunicación abierta entre líderes raciales y ciudadanos de todos lados. Si bien algunos proponen que la solución implicaría darles a las minorías mayores oportunidades, la mayoría está de acuerdo en que las tensiones raciales no se pueden resolver hasta que los miembros de todos los grupos raciales reconozcan los problemas dentro de su grupo y desarrollen planes para una mejor comprensión intercultural.
Las soluciones potenciales para el racismo involucran principalmente la educación tanto para aquellos en su mayoría como para los grupos minoritarios. Algunos proponen que aquellos en el grupo mayoritario de personas caucásicas en los Estados Unidos deben reconocer que el racismo sigue siendo un problema frecuente y admitir las faltas de sus antepasados. Esto implicaría reconocer no solo el racismo hacia los grupos minoritarios, sino también los privilegios inherentes otorgados a los blancos solo por estar en el grupo mayoritario.
Otros buscan promover la empatía entre grupos raciales. Esto es desafiante porque, en muchos casos, las personas en la minoría no se sienten comprendidas, mientras que los miembros de la mayoría no se atreven a hablar sobre temas raciales por temor a ofender o ser percibidos como racistas. Algunos dicen que esto ha llevado al racismo "daltónico", en el que los miembros del grupo mayoritario mantienen principios racistas al ignorar el hecho de que el racismo todavía existe. Algunos creen que las tensiones raciales entre los blancos y los negros en los Estados Unidos se vieron muy disminuidas por el movimiento de derechos civiles y la acción afirmativa, pero esta creencia en sí misma genera más resentimiento y división entre los grupos raciales.
Otros proponen que la clave para poner fin a las tensiones raciales es que las minorías ya no culpen a los blancos y se centren en empoderar a sus propias comunidades a través de la educación.
