Históricamente, el olivo era un símbolo de paz. Esta connotación comenzó en la antigua Grecia desde el siglo V a. En la Biblia, las ramas de olivo se usaban regularmente para señalar el fin de un conflicto o la aprobación de un poder superior.
Según el Antiguo Testamento, Dios le envió a Noah una paloma con una rama de olivo en la boca para alertarlo sobre el final del diluvio.
Debido a su vida relativamente larga y el cultivo de la especie humana, el olivo es un componente agrícola central de muchas culturas antiguas. La domesticación de esta fuente de alimento se estima en alrededor de 4000 aC, cuando los neolíticos emigraron a la zona de la cuenca mediterránea.
No es de extrañar por qué el olivo se asocia con la paz; Sus múltiples usos fueron una bendición para las sociedades antiguas, y fue considerado como un regalo de los dioses en muchas civilizaciones. En la mitología griega antigua, la diosa Atenea estaba asociada con el olivo, ya que ella era la que se le había dado a los griegos. En el Corán, las aceitunas, entre otras frutas, fueron citadas como uno de los regalos obvios de Alá.
Todavía hoy, "extender una rama de olivo" es hacer un intento de corregir un conflicto. La bandera de las Naciones Unidas representa al mundo con dos ramas de olivo a cada lado, simbolizando su objetivo de paz mundial.