El recubrimiento ceroso de las hojas se llama cutícula. La cutícula deja que el agua salga de la superficie de las hojas y ayuda a proteger a la planta de las enfermedades.
Algunas veces, cuando las tormentas de lluvia se mueven hacia adentro, especialmente si el clima ha sido inusualmente seco, las hojas de los árboles se voltean de manera que la parte de las hojas que no están cubiertas por la cutícula está hacia arriba. Esto permite que la lluvia penetre en la parte inferior porosa de las hojas. Cuando las hojas se voltean, además de los poros de las hojas, se exponen las venas que transportan nutrientes y agua dentro de la hoja. Las hojas luego usan dióxido de carbono, agua y clorofila para llevar a cabo la fotosíntesis.
