En el nivel humano, la diversidad es la aceptación y el respeto por las diferencias de las personas. La diversidad reconoce las diferentes culturas, razas y el entorno natural, y la comprensión de la diversidad puede ayudar a reducir el racismo y otras intolerancias.
La diversidad abarca todos los diferentes elementos de las razas humanas, como el origen étnico, el género, la nacionalidad, la identidad y el estatus de género, así como la ciudadanía, la religión, la edad, la capacidad y el estatus socioeconómico. Es importante comprender las diferencias entre las personas sin tratar de predecir sus elecciones, respuestas o valores en función de esas diferencias.
Para comprender la diversidad, las personas deben reconocer y apreciar sus diferentes dinámicas, identidades sociales y las diferentes opciones culturales que hacen que cada persona sea diferente. Al entender la diversidad, las personas no deben pasar por alto todas las similitudes que tienen los humanos. Al comprender las creencias, ideas e intereses similares, las personas pueden cooperar y trabajar juntas para superar muchos de los desafíos sociales y económicos que enfrenta cada grupo, como el sexismo, el racismo y otras formas de intolerancia y prejuicios.
Las personas pueden valorar la diversidad entendiendo cómo las identidades superpuestas y diferentes se relacionan con la socialización de una sociedad. La diversidad ayuda a mejorar la vida emocional, moral y económica de una comunidad, permitiendo a esa comunidad vivir juntos y trabajar juntos como uno solo.