Los ojos de un gato pueden estar llorosos y llorosos por una variedad de razones, incluyendo un conducto lagrimal obstruido o irritación por los desechos. Una causa para descartar es llorar, porque los gatos no lloran de la misma manera la gente hace.
Si los ojos acuosos de un gato se acompañan de una descarga espesa y amarillenta, puede ser un signo de una enfermedad respiratoria viral felina, según WebMD. Un sistema insuficiente de conductos lagrimales también puede poner al gato en riesgo de infecciones crónicas en los ojos. Un veterinario debe ver a un gato con lágrimas persistentes o ojos llorosos para recibir el tratamiento adecuado y determinar la causa exacta.