Las cuatro necesidades básicas de cualquier animal son alimento, agua, refugio de depredadores y clima, y espacio adecuado para encontrar alimento y atraer a un compañero. Esta lista presupone la necesidad de oxígeno, que perecen todos los animales.
Si bien muchos animales pueden existir en una variedad de condiciones, su hábitat natural proporciona las condiciones óptimas en las que pueden prosperar y reproducirse. La relación entre un animal y su hábitat natural es el resultado de muchas generaciones de adaptación y puede ser muy específica. Por ejemplo, muchos animales del desierto han evolucionado para obtener toda el agua que necesitan de los alimentos que consumen porque su hábitat proporciona muy poca agua.