¿Por qué la luz y la clorofila son necesarias para la fotosíntesis?

La clorofila y la luz reaccionan entre sí durante la fotosíntesis para proporcionar energía a la planta. Las plantas absorben dióxido de carbono del aire y el agua del suelo y las convierten en energía.

Cuando la luz incide en una planta, excita la molécula de clorofila, que se encuentra en una estructura llamada cloroplasto. La molécula de clorofila cede un electrón y se convierte en un catión. Esto significa que ya no es neutral sino que tiene una carga positiva.

Cuando la molécula de clorofila pierde un electrón, entonces es libre de tomar electrones del agua. Esto básicamente destruye la molécula de agua, que libera oxígeno e hidrógeno a medida que se descompone. Esto, a su vez, permite que la planta utilice el hidrógeno libre para convertir el dióxido de carbono en azúcar simple. El oxígeno se emite como producto de desecho.

La fotosíntesis tiene lugar principalmente en la mesofila, o capa media, de las hojas de la planta.

La luz también es necesaria para que una planta produzca clorofila en primer lugar. Esta es la razón por la cual la mayoría de las plantas que crecen bajo el sol son verdes: la clorofila es un pigmento verde. La luz roja y azul que se encuentra en la clorofila, pero no vista por el ojo humano, son los colores que realmente hacen el trabajo de la fotosíntesis.