El químico y filántropo sueco Alfred Bernhard Nobel inventó la dinamita. Nobel mezcló nitroglicerina y kieslguhr (tierra de diatomeas) en una serie de experimentos en la década de 1860 para crear el explosivo, según History Today. El trabajo de Nobel en la industria de armas lo llevó a establecer el premio Nobel.
Nobel aprendió sobre la industria de armamentos de su padre, Immanuel Nobel, un constructor e inventor que fue pionero en el uso de la madera contrachapada moderna y el torpedo. Mientras la familia vivía en Rusia, la fábrica producía máquinas herramienta y explosivos y suministraba armamentos durante la Guerra de Crimea. Tras el regreso de su familia a Suecia, Nobel estudió explosivos y, en particular, cómo fabricar nitroglicerina de forma segura, inventado por Ascanio Sobrero, un compañero de estudios de la Universidad de París.
Los experimentos de Nobel lo llevaron a inventar un detonador en 1863 y la explosión en 1865. Tras una explosión que mató a su hermano Emil, Nobel centró su trabajo en mejorar la estabilidad de sus explosivos. Esta investigación lo llevó a la invención de la dinamita, un explosivo más seguro, en 1867. Después de ser patentado en el Reino Unido y los Estados Unidos, la dinamita se usó en redes de transporte de minería y construcción. En 1875, Nobel inventó la gelignita, que era más estable que la dinamita. En 1887, inventó el ballistite, un antecesor de la cordita.