Japón ha hecho muchas cosas a lo largo de los años para evitar daños en edificios durante terremotos, como la implementación de códigos de construcción estrictos y la modernización de estructuras antiguas. Japón también ha desarrollado muchos dispositivos, como almohadillas de aislamiento, para absorber el impacto de los terremotos y amortiguar el movimiento que uno causa.
Los códigos de construcción en Japón son mucho más estrictos en cuestiones tales como hasta qué punto se puede influir en un edificio que en los Estados Unidos. También han gastado miles de millones de dólares para mejorar los edificios existentes que corren el riesgo de derrumbarse, lo que les proporciona la tecnología más avanzada. Una de esas piezas de tecnología se llama la base de aislamiento. Estas almohadillas son almohadillas grandes de goma y acero que se instalan en la parte inferior de un edificio donde se excavan por primera vez. El edificio se encuentra en la plataforma donde absorbe el impacto del edificio cuando se mueve.
Otra unidad de tecnología para prevenir daños por terremotos en Japón es la unidad de disipación de energía. Estas unidades están instaladas en la estructura de un edificio. Básicamente, son cilindros hidráulicos gigantes que se alargan y se contraen cuando el edificio se balancea. Su movimiento les permite absorber una gran cantidad de movimiento cuando el edificio tiembla. Los investigadores e ingenieros estructurales también continúan monitoreando eventos pasados y colapsando los edificios para comprender mejor cómo prevenirlos.