Un líquido no volátil se define como una sustancia que no se evapora activamente en un gas. Un ejemplo de una sustancia no volátil es el glicerol o glicerina.
Una sustancia volátil se define por la disposición a la que se evapora. En general, cualquier sustancia con un punto de ebullición inferior a 100 grados Celsius se considera volátil, mientras que todos los demás líquidos se denominan no volátiles. El azúcar y el cloruro de sodio son sustancias no volátiles.
Los solutos no volátiles producen vapores que son solventes puros. Un soluto es la sustancia que se disuelve, mientras que un solvente es el líquido en el cual se disuelve. A diferencia de un soluto volátil, un soluto no volátil no aparece como un componente del vapor.