Un factor de atracción es una condición económica, social, política o ambiental que incita a las personas a emigrar o mudarse a una nueva ubicación. A diferencia de los factores que empujan a las personas a alejarse de sus países de origen, los factores ayudan a determinar el mejor lugar para mudarse.
Mejores niveles de vida y salarios más altos, demanda laboral, libertad política y religiosa, mejores servicios sociales, bajos índices de criminalidad, buen clima y un entorno natural seguro en un determinado país o área son ejemplos comunes de factores de atracción.
Una mayor compensación y mejores beneficios en el extranjero por el mismo trabajo que realizan las personas en sus países de origen es un factor de atracción importante, ya que les brinda a las personas la oportunidad de mejorar sus circunstancias económicas. Los migrantes mexicanos, por ejemplo, se mudaron a Estados Unidos con salarios significativamente más altos, a pesar de las tasas de desempleo más bajas en su país de origen, según datos de 2011.
Debido al creciente sector de servicios en los países desarrollados, la demanda de trabajadores poco calificados es otro factor de atracción. Dado que el grupo laboral local no puede satisfacer esta demanda de trabajadores debido a los bajos salarios, se alienta la inmigración de los países en desarrollo.
Los migrantes o refugiados que huyen de sus países debido a factores de empuje como la discriminación o la persecución tienden a ser atraídos a lugares que tienen políticas más tolerantes y menos discriminatorias. En este escenario, la libertad de ejercer su religión y expresar sus opiniones más libremente es un factor de atracción.