Un ejemplo de fuerza eléctrica en la vida cotidiana es la electricidad estática que se observa cuando la ropa se adhiere después de pasar por la secadora. Otro ejemplo es el relámpago visible durante una tormenta eléctrica.
La fuerza eléctrica también se puede ver en la vida cotidiana a través de las fuerzas electromagnéticas que permiten el magnetismo, como la de los imanes de refrigerador. Las baterías son otro ejemplo cotidiano de una fuerza eléctrica, que utiliza corrientes eléctricas directas para cargar dispositivos como los teléfonos móviles. Un ejemplo especialmente común de fuerza eléctrica es la potencia necesaria para iluminar una bombilla. Otro ejemplo es la estufa eléctrica, que transfiere energía eléctrica al calor a través de bobinas resistivas, lámparas halógenas o inducción eléctrica.