Los compresores frigoríficos y los calentadores de mano químicos son ejemplos reales de entalpía. Tanto la vaporización de refrigerantes en el compresor como la reacción a la oxidación del hierro en un calentador de manos generan un cambio en el contenido de calor bajo presión constante.
A pesar de los resultados opuestos que dan, ambas reacciones obedecen a la ley de conservación de la energía. Cuando se evaporan los refrigerantes en el compresor, el calor se absorbe en una reacción endotérmica. En el calentador de manos, la oxidación del hierro es una reacción exotérmica que libera calor. La cantidad total de energía en ambos sistemas sigue siendo la misma.
La temperatura es un factor en la determinación de la entalpía; los mismos reactivos pueden transferir una cantidad diferente de calor a diferentes temperaturas ambiente. Las fases de la materia involucrada también juegan un papel en la entalpía. Una sustancia con la misma composición química no necesariamente transfiere calor de la misma manera después de un cambio de fase. Las ecuaciones químicas que dependen de la entalpía deben indicar la temperatura y la fase necesarias para la reacción.
El número de pasos en una reacción, o el orden de estos pasos, no cambia la entalpía de una reacción. Una reacción que utiliza los mismos productos químicos a la misma temperatura y presión siempre produce la misma cantidad de transferencia de calor. Este principio se llama "Ley de Hess".