Un ejemplo de cómo funciona una economía de mercado es cómo la nueva tecnología tiene un precio muy alto cuando está disponible para la compra, pero el precio baja cuando más de esa tecnología está disponible. La fluctuación de los precios es un componente central de una economía de mercado. Es decir, la oferta y la demanda dictan los precios.
Hay varias características únicas de las economías de mercado. Primero, no hay control gubernamental. La compra y el comercio en el mercado libre están completamente controlados por la oferta y la demanda. No hay controles de precios ni regulación de los monopolios de la industria. En segundo lugar, la mayoría de los bienes y servicios están disponibles a través de empresas privadas. En consecuencia, el interés propio juega un papel importante en el mercado. Esto significa que las empresas de propiedad privada se centran en producir un bien por la menor cantidad de dinero y obtener la mayor cantidad de dinero posible en el mercado libre.
Ningún país industrializado tiene una verdadera economía de mercado. En cambio, la mayoría de los países industrializados tienen una economía mixta que es similar a una economía de mercado, pero con diferentes niveles de regulación gubernamental. Se considera que Estados Unidos tiene una economía mixta, con algunas de las características de una economía de mercado, pero con un nivel moderado de control gubernamental. Por ejemplo, el gobierno regula las fusiones en la industria de los proveedores de televisión e Internet para evitar los monopolios. Además, hay algunas leyes que establecen controles de precios, como las leyes que protegen contra los picos de precios durante desastres naturales.