Un mal conductor del calor es cualquier material que no puede transferir calor. Los conductores pobres tienen una densidad baja, por lo que las partículas en un volumen dado del material no son suficientes para chocar y transferir calor. Ejemplos de conductores de calor deficientes incluyen aire, madera, papel, tela y agua.
Todos los gases y líquidos son malos conductores del calor. Para demostrar este principio, coloque hielo en un tubo de ensayo y llénelo con agua. Sostenga el tubo de ensayo en posición y caliente la parte superior del tubo de ensayo con una llama de gas. En este experimento, el agua en la parte superior del tubo hierve durante varios minutos antes de transferir el calor para derretir el hielo.