¿Qué es un compuesto polar?

Un compuesto polar es una molécula con una disposición geométrica de un lado que lleva una carga positiva y el otro una carga negativa. El agua, el amoníaco, el dióxido de azufre y el sulfuro de hidrógeno son ejemplos de compuestos polares.

En química, la polaridad afecta varias propiedades físicas, como la solubilidad, la tensión superficial y los puntos de ebullición y fusión. Los científicos usan la polaridad para determinar si las moléculas pueden mezclarse para convertirse en una solución. Los compuestos polares se mezclan entre sí para crear soluciones. Los compuestos no polares también se mezclan entre sí, pero los compuestos polares y no polares no se mezclan entre sí para crear una solución.

La polaridad en las moléculas se crea mediante enlaces covalentes polares, en los cuales dos átomos comparten electrones para llenar sus respectivas órbitas de valencia, creando una carga positiva en el lado opuesto a los electrones y una carga negativa en el lado de los electrones. En el agua, por ejemplo, un átomo de oxígeno comparte electrones con dos átomos de hidrógeno. Los electrones que inicialmente pertenecen a los átomos de hidrógeno son atraídos hacia el átomo de oxígeno, creando una carga positiva, ya que los protones de los átomos de hidrógeno son la parte más externa de la molécula en ese lado. El átomo de oxígeno en el otro lado de la molécula lleva una carga negativa, ya que dos electrones adicionales son atraídos hacia ella para formar los enlaces covalentes.