Los cerdos y los pollos son animales monogástricos no rumiantes que digieren alimentos en un estómago, similar a los humanos. Se alimentan con granos que se digieren fácilmente, como la harina de soya para obtener proteínas y el maíz para obtener energía.
Los caballos y los conejos son herbívoros no rumiantes cuyos sistemas digestivos tienen capacidades mono y poligásicas. El estómago y el intestino delgado procesan el almidón, las proteínas, las vitaminas y los minerales, pero la parte fibrosa de su alimentación pasa por el intestino delgado al intestino posterior, donde la fermentación rompe aún más la comida. Los herbívoros, como las cebras y los rinocerontes, expulsan grandes cantidades de alimentos no digeridos. Para obtener los nutrientes necesarios, deben pastar continuamente y comer grandes cantidades de alimentos.