La ventilación humana también se lleva a cabo por el sistema respiratorio. Se utiliza para respirar oxígeno para procesos naturales y luego expulsar desechos gaseosos, como la humedad, el dióxido de carbono y cantidades pequeñas de otros gases. Este sistema da oxígeno directamente a la sangre; la sangre distribuye el oxigeno por todas partes.
El sistema respiratorio humano consiste en un tubo que va desde la nariz y la boca hasta dos pulmones. Los pulmones tienen millones de células especializadas llamadas alvéolos. Estas células filtran el oxígeno del resto del gas inhalado para suministrar directamente a la sangre. Esto es posible debido a los pequeños vasos sanguíneos llamados capilares que rodean los alvéolos.
La respiración está controlada por la expansión y contracción del diafragma. Este músculo en forma de cúpula se encuentra debajo de los pulmones, y comprime y expande los pulmones para que el cuerpo realice el reflejo subconsciente de la respiración. El diafragma hace esto de 12 a 20 veces por minuto, cambiando de acuerdo con lo que está haciendo una persona.
Las personas en estado de pánico pueden hiperventilarse o respirar mucho más rápido de lo normal, en un esfuerzo por introducir más oxígeno a la sangre en una emergencia. Este reflejo biológico es uno de los pocos que pueden ser controlados conscientemente. Cualquier persona que esté hiperventilando puede calmarse forzando una respiración más mesurada.