La terapia de masaje mexicana utiliza técnicas que han sido adoptadas a partir de prácticas de curación utilizadas por los antiguos curanderos y asesores espirituales mayas y aztecas. Este tipo de terapia se practica en los tiempos modernos por especialistas llamados "sobadoras", un término que se traduce libremente en "masajista callejero". Muchas técnicas de masaje mexicano, maya o azteca se centran alrededor de las especias y hierbas locales, como el copal o las hierbas florales. Las piedras de obsidiana, que se consideran sagradas en la sociedad mexicana, también se usan ampliamente en varios tratamientos.
Las sobadoras actúan como quiroprácticos sin capacitación en la sociedad mexicana y centroamericana moderna. Estos profesionales de la salud operan fuera de la esfera médica formal y tratan a los pacientes con un lubricante como el aceite para bebés o minerales en la parte del cuerpo afectada antes de realizar un tipo de masaje linfático. Las partes del cuerpo a las que suelen apuntar estos especialistas incluyen el interior de los antebrazos, la parte externa de las muñecas, el abdomen y los pies.
La antigua civilización maya se extendía desde el sureste de México hasta Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, mientras que el antiguo imperio azteca estaba compuesto por una agrupación suelta de ciudades-estado en el centro de México. Las técnicas tradicionales de masaje mexicano que se derivan de las costumbres mayas y aztecas incluyen la ceremonia del baño de vapor Temazcal y el tratamiento de la hierba Sobada.