La inducción electromagnética es el fenómeno de usar un imán para crear, o inducir, un campo magnético en un conductor mientras simultáneamente se desalojan los electrones libres dentro de él. Esto produce un flujo de corriente y un aumento y colapso. campo magnético alrededor del conductor, que es la polaridad opuesta a la del imán desde el cual se indujo.
La inducción electromagnética hace uso de las propiedades químicas de ciertos materiales conocidos como conductores. Los conductores tienen electrones libres, que son electrones ligeramente unidos a la capa externa de sus átomos anfitriones. Estos electrones, cuando se desprenden, fluyen a través del conductor, lo que produce una corriente eléctrica. Si bien la corriente inducida es importante y extremadamente útil por sí misma, la inducción electromagnética también tiene muchos otros usos.
La inducción se usa en muchas formas y aplicaciones, desde chips de computadora hasta timbres. El campo magnético inducido se usa para cerrar circuitos, como en los relés, y también se usa para la temporización. El tiempo que tarda un campo electromagnético determinado en subir y bajar en fuerza se predice fácilmente, lo que lo convierte en una herramienta de temporización muy común en una amplia gama de componentes electrónicos. La inducción electromagnética se produce moviendo un imán a través de una bobina de alambre sobre un sustrato o moviendo bobinas de alambre pasadas por imanes estacionarios. Este último diseño es mucho más práctico y más común, ya que los conductores suelen ser más fáciles de manipular y mover que los poderosos imanes pesados.