Los eosinófilos son glóbulos blancos que participan en la respuesta inmune, afirma MedlinePlus. El recuento absoluto de eosinófilos mide el número de eosinófilos presentes en una muestra de sangre. Un recuento absoluto de eosinófilos de menos de 350 células por microlitro se considera normal.
Algunas enfermedades, como el asma y la leucemia, hacen que los eosinófilos sean más activos de lo normal. Si una persona tiene un recuento elevado de eosinófilos, también puede deberse a la fiebre del heno, el eccema o una enfermedad autoinmune. Un recuento elevado de eosinófilos también se llama eosinofilia, informa MedlinePlus.
Un diferencial de sangre mide el porcentaje de eosinófilos en la sangre, según MedlinePlus. Esta prueba también mide los porcentajes de neutrófilos, monocitos, basófilos y linfocitos en la sangre. Los eosinófilos deben representar solo del 1 al 4 por ciento del recuento total de glóbulos blancos. Un porcentaje más alto de lo normal de eosinófilos puede indicar la presencia de cáncer, infección parasitaria, enfermedad vascular del colágeno o enfermedad de Addison. El porcentaje de eosinófilos en la sangre también aumenta cuando alguien tiene una reacción alérgica.
Los eosinófilos son responsables de destruir las células cancerosas y atacar los parásitos, explica el Centro Médico de la Universidad de Rochester. Los eosinófilos también desempeñan un papel en la respuesta a los alérgenos. Las infecciones, el cáncer y un sistema inmunitario debilitado pueden afectar el número de eosinófilos en la sangre.
