La energía verde se refiere a la energía derivada de fuentes renovables con un bajo impacto ambiental e incluye energía solar, eólica, geotérmica, biogás e hidroeléctrica. Las fuentes de energía verde no crean gases de efecto invernadero dañinos al mismo ritmo que las fuentes de energía de combustibles fósiles.
Las fuentes de energía no renovables como el combustible fósil, el carbón y el gas natural son finitos, y elementos como el uranio utilizado para la energía nuclear tienen una disponibilidad limitada. Las fuentes renovables de energía toman su poder del viento, el sol, el movimiento del agua, las plantas orgánicas, el material de desecho y el calor de la Tierra.
La energía verde abarca las fuentes de energía renovables más limpias. La energía solar se deriva de los rayos solares y las turbinas eólicas crean energía al aprovechar la potencia del viento. La hidroelectricidad utiliza el poder del agua que se mueve rápidamente, y la energía de la biomasa se deriva de materiales orgánicos como desechos humanos, animales y vegetales. Las fuentes de energía que funcionan capturando el calor de la Tierra se denominan fuentes geotérmicas.
Además de utilizar fuentes renovables que reducen los gases de efecto invernadero, la energía verde también evita las técnicas de extracción dañinas para el medio ambiente, como la perforación, la minería y el fracking. Los subproductos de la energía nuclear incluyen residuos radiactivos, que son caros de almacenar y son perjudiciales para los seres humanos, los animales y el ecosistema.