La doctrina de la supremacía de Petrine es la creencia católica de que Jesucristo le dio autoridad al apóstol Pedro en la Tierra para dirigir a su iglesia y que esta autoridad espiritual suprema se transmite al Papa. Bajo ciertas circunstancias El Papa, como sucesor de Pedro, es considerado infalible.
Según la Biblia, el nombre original de Pedro era Simón. Jesús le dio el nombre de Pedro, que en arameo era Cefas, que significa "roca". En el capítulo 16 del libro de Mateo en el Nuevo Testamento, Jesús dice: "Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella". Los católicos usan esta declaración para justificar la autoridad de Pedro y sus sucesores. Otra justificación se encuentra en el libro de Juan, capítulo 21, donde Jesús le dice a Pedro: "Alimenta a mis ovejas".
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles en la Biblia, cuando Jesús ascendió al cielo, Pedro asumió el liderazgo de sus apóstoles y otros seguidores. En la historia secular, aunque nunca asumió oficialmente el título del obispo de Roma, Pedro fue reconocido como el primer papa. Todos los papas posteriores fueron reconocidos no como el sucesor del papa anterior, sino como el sucesor de Pedro. En 1870, 433 obispos en el Concilio Vaticano I reforzaron esta doctrina cuando emitieron el decreto de infalibilidad papal. Esto afirmaba que en asuntos de fe y moral, el Papa tiene la autoridad suprema, y su palabra no puede ser cuestionada.