La devaluación social es la creencia sistémica de que un grupo o persona tiene menos valor social que otros. Dicha devaluación puede tener consecuencias negativas para el individuo o grupo afectado. Las partes socialmente devaluadas tienen menos oportunidades y son menos reconocidas por sus logros.
El concepto de devaluación social es parte de una teoría social más amplia denominada valorización de rol social, que fue acuñada por Wolf Wolfensberger en 1983. Esta teoría nos ayuda a comprender los métodos de devaluación y cómo afectan a la sociedad. La valorización de la función social es una herramienta destinada a abordar las consecuencias psicológicas de la devaluación y se pueden contrarrestar.
Un ejemplo de devaluación social se puede observar en el lugar de trabajo moderno. En la sociedad actual, las contribuciones y los logros de las mujeres en un entorno laboral a menudo son tan valorados como los de un hombre. Según la Academia, las penalidades salariales de las mujeres están relacionadas con la devaluación cultural generalizada del trabajo de las mujeres. En muchas categorías ocupacionales, a las mujeres se les paga menos que a los hombres que tienen el mismo título de trabajo. El concepto de un techo de cristal, o la idea de que las mujeres en el lugar de trabajo son sostenidas monetaria y socialmente por la desigualdad de género, es un resultado directo de la devaluación social de las mujeres y el trabajo del que son capaces.