La coordinación pie-ojo se refiere al vínculo entre las entradas visuales o señales enviadas desde el ojo al cerebro, y los movimientos eventuales del pie que uno hace en respuesta. La coordinación pie-ojo puede entenderse como muy similar a la coordinación mano-ojo.
La coordinación pie-ojo afecta a casi todas las personas, ya que es necesaria incluso para las tareas más básicas, como caminar o subir escaleras. Sin embargo, esta habilidad innata es de particular interés e importancia para los atletas, especialmente para aquellos que practican deportes intensivos con el pie, como el fútbol.
Incluso los artistas que confían mucho en sus pies, como los bailarines, deben tener una excelente coordinación pie-ojo. Esto significa que sus piernas, especialmente sus rodillas y pies, responden de manera inmediata y precisa a las señales visuales procesadas a través del cerebro. Por ejemplo, la falta de coordinación entre los pies y los ojos puede llevar a un jugador de fútbol a intentar una patada, pero el jugador puede terminar perdiendo la pelota porque su pie no procesó correctamente la información de ubicación sobre la pelota que le proporcionó su ojo.
Afortunadamente, la coordinación pie-ojo no es estática. Más bien, la práctica continua para responder con precisión a los aportes visuales con los pies puede aumentar el nivel de coordinación del pie con los ojos. Esto es parte de la razón por la cual los estudios de atletas de alto calibre muestran de manera consistente que la coordinación pie-ojo está vinculada al nivel de habilidad de un jugador en su deporte.