La simetría en la naturaleza es la distribución equilibrada de las partes complementarias del mundo natural. Esta distribución equilibrada se ejemplifica en la simetría bilateral de la mayoría de las vértebras, cuyos lados izquierdo y derecho son imágenes especulares entre sí.
Durante millones de años, el cerebro humano ha desarrollado un sistema robusto de reconocimiento de patrones que le permite detectar simetría natural. Hay muchas más formas de organizar una estructura de forma asimétrica que simétricamente, lo que lleva a los científicos a postular diferentes razones para la prevalencia de este rasgo aparentemente improbable. La simetría bilateral presente en las ramas más desarrolladas del reino animal se ha atribuido a la facilidad de coordinar espacialmente las funciones motoras de dicho cuerpo a través de un sistema nervioso central. Esta facilidad de orientación podría haber proporcionado a los primeros antepasados bilaterales una ventaja evolutiva que les permitió sobrevivir mejor que sus contrapartes asimétricas.
Otra teoría ha atribuido la simetría bilateral a la preferencia sexual de los géneros opuestos a los miembros que poseen las características más simétricas. Los estudios han indicado que en todo el reino animal, las aves, los insectos y los mamíferos tienden a favorecer a las parejas con las características más simétricas, como las plumas de la cola o los patrones de alas. Incluso la percepción de la belleza facial humana está fuertemente vinculada con la simetría de los rasgos faciales.