El equilibrio genético es la estabilización de la mutación genética dentro de una especie. El concepto proviene del principio de Hardy-Weinberg y sirve como medida para el cambio evolutivo.
Para que se produzca el equilibrio, no puede existir ninguna influencia reproductiva externa que cause diversas mutaciones genéticas. La estabilización también va en contra de la selección natural, ya que la reproducción se produce sin preferencias hacia las características de ciertos compañeros. Los compañeros se eligen entre sí de una gran población para reducir las posibilidades de mutación. El equilibrio genético es lo opuesto a la evolución, y la observación de la evolución solo es posible en especies que actualmente no experimentan equilibrio genético. Es raro encontrar una especie que cumpla con los requisitos del principio.
