En la investigación psicológica, el engaño ocurre cuando los participantes son informados o engañados erróneamente acerca de los objetivos del experimento. Los participantes pueden ser engañados sobre el entorno, el propósito o el diseño de la investigación.
A pesar del hecho de que la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association) permite el engaño, el hecho de que se lleve a cabo o no el engaño cuando se realizan experimentos de investigación psicológica ha sido objeto de numerosos debates.
Los psicólogos que están en contra del engaño argumentan que engañar a los participantes en un experimento de investigación es deshonesto y hace que los participantes se sientan despistados sobre la naturaleza de la investigación. Los psicólogos a favor del engaño opinan que a veces es necesario para evitar las características de la demanda al permitir que los participantes se involucren activamente en el experimento sin comportarse de una manera poco natural.
Un psicólogo no debe realizar ningún estudio que incluya engaño a menos que el uso de las técnicas engañosas haya sido predeterminado y esté justificado por el posible valor educativo o científico del experimento. Tampoco se les permite a los psicólogos usar el engaño si la técnica engañosa causa angustia emocional o dolor físico al participante. Si se usa el engaño, el psicólogo debe explicárselo a los participantes tan pronto como sea posible, idealmente, de inmediato, completen su participación, para que los participantes puedan retirar sus datos.