La mayoría de los gusanos segmentados, o anélidos, comen materia vegetal en descomposición. Las excepciones son las sanguijuelas, los animales de agua dulce que se alimentan de sangre y pequeños invertebrados, y algunas especies marinas carnívoras.
Los anélidos comparten un plano corporal bilateralmente simétrico de un cuerpo cilíndrico alargado dividido en segmentos en forma de anillo mediante barreras internas llamadas septos. Cada segmento contiene un conjunto completo de órganos. Los anélidos tienen sistemas nerviosos y circulatorios bien desarrollados. La mayoría tiene la capacidad de regenerar partes del cuerpo perdidas.
Las lombrices de tierra son los anélidos más familiares y son altamente beneficiosos para las plantas y para otros animales. Descomponen la materia orgánica y la devuelven al suelo en una forma que las plantas pueden usar. Sus túneles ayudan a airear el suelo y permiten que el aire, el agua y los nutrientes lleguen a las raíces de las plantas. Además, suministran alimentos para muchos otros animales.
Las sanguijuelas también son anélidos familiares. Al igual que las lombrices de tierra, proveen alimentos para muchos otros animales, y las especies depredadoras ayudan a mantener a las lombrices, caracoles e insectos acuáticos en equilibrio con sus ambientes. De las especies parasitarias que se alimentan de la sangre, la sanguijuela medicinal, Hirudo medicinalis, ayuda a las personas a eliminar el exceso de sangre de las partes del cuerpo después de la cirugía de reinserción y al estimular el flujo sanguíneo. Las sanguijuelas medicinales también suministran a la hirudina anticoagulante, y los científicos están investigando la posibilidad de que las sanguijuelas también puedan ser útiles para tratar la osteoartritis.