Las ranas son principalmente carnívoras y consumen pequeños insectos, insectos y arácnidos, aunque algunos complementan sus dietas con frutas. Las ranas también pueden alimentarse de organismos más grandes, como los pequeños y las lombrices de tierra. Estos anfibios se adaptan a la vida en la tierra y el agua y consumen organismos en entornos terrestres y acuáticos.
Las ranas, como muchos anfibios, sufren una metamorfosis a medida que envejecen. Comienzan sus vidas como pequeños renacuajos. Como crías jóvenes, los renacuajos consumen una dieta variada de pequeños organismos, plantas y plancton. Sus dietas se diversifican e incluyen organismos más grandes a medida que hacen la transición a las ranas.
La familia mundial de ranas incluye cerca de 5,000 especies distintas. Las dietas de estas ranas varían según el entorno local circundante y sus adaptaciones únicas. Mientras que algunas ranas mantienen una dieta carnívora a lo largo de su vida, otras consumen frutas y plantas. Las ranas, como muchos organismos, tienen adaptaciones especiales para ayudar a capturar y consumir presas. Tienen dientes en sus mandíbulas superiores y en los techos de sus bocas, lo que ayuda a atrapar y mantener la presa. Sin embargo, las ranas carecen de dientes en sus mandíbulas inferiores, ya que generalmente se tragan presas enteras. También tienen patas traseras grandes y patas traseras poderosas para ayudarles a moverse rápidamente para atrapar a sus presas. Las lenguas largas y los ojos que ofrecen una visión de casi 360 grados también ayudan a las ranas a atrapar insectos e insectos.