Los organismos Aspergillus y Candida son responsables de aproximadamente el 90 por ciento de todas las infecciones fúngicas del oído u otomicosis, afirma Paciente. La otomicosis es más común en las personas que practican deportes acuáticos y en las que viven en zonas calurosas Los climas, aunque la epidemiología exacta es nebulosa. La falta de cerumen, eczema, alta humedad y traumas locales en el canal auditivo son factores que pueden aumentar las posibilidades de contraer otomicosis.
El vínculo de la otomicosis con la natación puede ser el resultado de la pérdida asociada de cerumen durante la actividad, ya que la cerilla contiene propiedades antifúngicas y antibacterianas, escribe el Paciente. Los síntomas de la otomicosis incluyen inflamación, descamación y picazón severa acompañada de secreción. La característica definitoria de la otomicosis en comparación con infecciones del oído similares, como la otitis externa bacteriana, es la presencia de filamentos largos y blancos en la piel. El fracaso de los antibióticos y la historia del paciente también pueden determinar la otomicosis como la causa de la infección del oído.
La otomicosis es una enfermedad crónica y recurrente, a menos que reciba un tratamiento adecuado, según el paciente. La limpieza semanal del conducto auditivo de un médico puede permitir que los niveles de pH se normalicen, además de eliminar los desechos y la descarga. Los medicamentos para aliviar el dolor son necesarios durante el tratamiento. Los pacientes deben mantener el oído seco y resistir la tentación de rascarse. La solución de Burow puede eliminar los desechos y aliviar la inflamación, y las gotas para los oídos antimicóticas pueden eliminar el organismo infeccioso. Los tímpanos perforados pueden presentar complicaciones durante el tratamiento. Los pacientes con sistemas inmunitarios saludables suelen tener excelentes pronósticos.